Memorias de Ultramar
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Conversaciones de Viaje

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Mensaje  Agar Lun Dic 01, 2008 1:00 am

Agar se despertó con los gritos de un chico perdido en los caminos de lo divino, andando en el mundo del olvido. Eran los gritos del pequeño Frago, su fiel compañero o eso parecía desde el principio de esta locura de viaje. Se incorporo para ver la escena y vio su compañero adentrarse en el bosque con los ojos empapados en lágrimas. Se dispuso a levantarse para explicarle los complejos caminos de los dioses, explicarle el mundo religioso según como ella lo veía , y como se lo enseñó ese rayo de luz en uno de los días más oscuros de su vida. Cuando vio como una armadura plateada con una melena cobriza ir en su dirección. Entrecerró los ojos con gesto de disgusto, Se tumbo de nuevo y recordó el día tan doloroso de su vida pero a la vez tan iluminado, recordó la pérdida de su hermana y como un clérigo de Pelor que brillaba como el sol la llevó hasta su casa mientras ella escuchaba lo que predicaba. Se volvió a levantar y mirar por donde sus compañeros habían ido y suspiró. En ese momento era mejor que le hablara uno de los portadores de la palabra de su dios, en vez de escuchar la palabra de un dios que solo es un compañero de viaje del suyo.
Agar cerró los ojos y repasó las primeras palabras que escucho de Pelor y se sintió mucho más reconfortada, sintió emanar la energía y el calor de su dios dentro de ella, y con esa calma y calor se quedo dormida.
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Mensaje  Isaias Lun Dic 01, 2008 3:45 am

(Perdon por contestar tan tarde pero esque estoy en mis propios universos paralelos 25 horas al dia y se me olvida responder despues... ^^U)

Isaias, quien ya se habia vestido pertinentemente, respondio a Dagha con una amable sonrisa, y mientras esta se marchaba dijo:

- "Sera un autentico placer el poder tratar con una espadachina tan diestra como vos, joven Dagha. Cuando estemos en una situacion mas propicia me gustaria hablar tranquilamente con vos, pero de momento descansad, pues nos espera un largo viaje. Que tengais agradables sueños, señorita."

Mientras Dagha se marchaba, el misterioso personaje interrumpio su caminar.

- "Por cierto, una cosa mas..."

Antes de que la muchacha pudiese darse la vuelta, Isaias la abrazo con sus palidos brazos.

- "Intenta sosegar tus animos... Aqui todos te aprecian, incluso Frago, y por supuesto yo tambien. Que estos dias haya estado ocupado no significa que no vaya a mantener mi promesa de encontrar un modo de devolverte a casa. Nunca te olvides de ello, pues no quiero volver a ver una expresion tan triste en tu rostro, Dagha."

Tras esto, el brujo solto a la exploradora y se sento delante del fuego. Metio su mano en la inseparable bolsa que portaba consigo y extrajo una cajita de la cual extrajo varias barritas de incienso. Con una herramienta afilada similar a un punzon, el mistico se hizo varias perforaciones en determinados puntos de los brazos, en el pecho y en la frente para posteriormente introducir una barrita en cada una de ellas; finalmente, con una pequeña llama que brotaba de la llema de su dedo indice las encendio, y el suave olor del incienso comenzo a limpiar del viciado aire de la zona el hedor a sangre y a muerte, al tiempo que purificaba su propia alma. No sabia que habia ocurrido aquella tarde cuando desencadeno el poder del craneo del minotauro, pero sabia que se habia impregnado de una esencia ajena, y creia saber cual era; por ello, un ritual de purificacion era necesario.

Con su inseparable esfera de cristal sombrio entre las manos, Isaias cerro los ojos y comenzo a entonar en voz baja un cantico para dar gracias a su cuerpo por soportar las energias que canalizaba y para honrar a aquellos que le prestaban el poder que moldeaba. Derrepente, las violentas palabaras de Frago sacaron al brujo del trance, y este tan solo pudo ver la cara desesperada del muchacho y como este salia corriendo.

- "¡Frago espera!"

Isaias hizo ademan de levantarse para seguirle, pero se dio cuenta de que era imposible alcanzarle. Resignado, se quedo mirando hacia el fuego, y tras unos minutos en completo silencio volvio a ponerse a meditar con un gesto afligido en su rostro.
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Mensaje  Dagha Lun Dic 01, 2008 4:19 am

Como Isaias ha contestado muuuuuuuuuuuuuuy tarde, lo uqe va a continuacion, en teoria iria antes de que Dagha hablase con Agar ya en la tienda.

- Jamas me habiais abrazado Isaias, pensaba que estaba lejos de vuestro caracter mostrar vuestros sentimientos, o quiza me confunda y solo lo hagias para que me sienta bien... no se, puesto que tambien es la primera vez que me tratais de tu.... quizá hasta sea recompensante que paseis tanto tiempo con.... vuestra aprendiz.... para que asi podais de vez en cuando volver a abrazarme como lo habeis hecho ahora....
Ya sabeis que conmigo podeis habalr cuando querais, pero no me pidais que os crea eso de que Frago me aprecia, pues no esta en mi conciencia, ni en ninguno de mis sentidos, creer que una manera de demostrar aprecio es aquella de lanzar una daga una sobre el costado de alguien, o quiza, tal vez, el provenir de distintas tierras nos haga ver el aprecio de distinta manera... aun asi, se que vos me apreciais, aunque me tengais abandonada... y sois vos juntos a Agar en los unicos en quien confio, aunque he de confesar que Selene, vuetra aprendiz, no me desagrada, aunque si incomoda, por motivos que conoceis de sobra, y es alguien a quien aprecio, y con quien Agar y yo hemos compartido noches de conversacion y chismorreo - una pequeña mueca a modo sonrisa sale del rostro de Dagha -
No dudo de que me ayudareis a volver a mi tierra como me prometisteis, pero no se si a estas alturas, querria volver sin vos..... y sin Agar por supuesto, pues como bien dijeron, cuando se comparte la sangre con alguien en la batalla se forma un vinculo, aunque no sea solo el de hermandad....Ahora disculpadme he de hablar con Agar antes de que caiga rendida a la vigilia de la noche. Descansad vos tambien

Y al soltarse de los barzos de Isaias se acerca y le besa delicadamente en la mejilla, y sin esperar ningun gesto, ni mueca, nisiquera una palabra, se gira y se dirige a la tienda donde se encuentra Agar.

Y despues viene la conversacion que ya puse con Agar, etc etc
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Mensaje  Moonchild Lun Dic 01, 2008 3:25 pm

Estaba amaneciendo cuando Frago y Sellayne asomaron juntos entre unos edificios en ruinas. La paladina de Avandra recitaba algunos salmos que Frago repetía. Estaban sumidos en una conversación cercana al trance, pero confiada y tranquilizadora al mismo tiempo.
Cuando Dagha salió al exterior de la torre, encontró, no mucho mas apartado, un monton de cadáveres envueltos en lino blanco. Uno de los soldados de Balgar se encontraba arrodillado junto a los cadáveres. La luz temprana teñía el aire de rojo, y el gran astro, que aun no asomaba en el horizonte, parecía estar muriendo para no levantarse jamás.
Una brisa helada bañaba las desoladas ruinas, y cuando la exploradora sintió como sus músculos se contraían por el frío, volvió sobre sus pasos en busca de un abrigo. Encontró a Agar frente a ella tendiéndole una capa de color miel, como la que ella portaba.
Las dos mujeres se acercaron hacia el montículo como dos hojas de otoño llevadas por el viento, y Dagha posó su mano sobre el hombro del soldado de pelo negro como ala de cuervo, que tenía la vista fija en el suelo, y en el infinito al mismo tiempo. De sus manos enguantadas colgaba un rosario hecho de pequeñas piedras talladas, que giraba periódicamente a medida que concluía sus imperceptibles salmos.
Siento vuestro dolor. Yacen aqui amigos tuyos, por lo que tu rostro denota. - Susurró Dagha con voz áspera y dolida. - Se encuentran ahora bajo la tutela de vuestros dioses, en cuya cálida presencia se sentiran eternamente reconfortados. - El hombre giró el rostro hacia Dagha, mirándola con unos profundos ojos azules que parecían, tal como la exploradora describiría posteriormente: "Abismos de agua antigua".
- Señora, no son amigos sino algo mas lo que yace en esta tumba de lino. - El guerrero besó el amuleto con devoción y respeto y lo guardó en un saquito de cuero que colgaba de su cinturón. - Mi hermano yace bajo estas telas, y es mucho mas este hermano que un hermano de los hombres, pues con este amanecer sangriento sangra también mi casa, muriendo con la esperanza de mi gente. - El guerrero no desvió la mirada de la de Dagha, que se sintió abrumada por la seguridad y nobleza que emanaba. Apartó su mano del hombro y se arrodilló a su lado en señal de respeto y compañía, sin saber muy bien que decir ante las misteriosas palabras que el soldado acababa de pronunciar. Agar, cercana a ambos, se había mantenido lejos de la conversación, como acostumbraba a hacer. Siempre parecía observar los acontecimientos desde una perspectiva elevada, y su mirada evocaba la distancia inalcanzable, aunque estuviera tan cerca como para tocar las manos de sus compañeros. Sin dirigir palabra alguna, se irguió frente al monumento a la muerte que se alzaba ante ella y cantó con los brazos abiertos usando el antiguo idioma de las casas de Pelor en Eistar.

Fael túry vás eredán, gor iena.
Rastlinných semien pálenie en bruchu absu zemi,
Vypnite tebla valim, kruzdhu a nor.
Aeldar zimy, torán vieda, bielizni a varánie.
Froéne véthera, unvéther ionáz.
Aedrel Salve! Glaéthes îba shar!
Faelor, dragostea, arda en stele!


De llamas orlado te alzas, ojo dorado.
Plantas la ardiente simiente en el vientre de la tierra,
Y apagas con tu calor la miseria, y el dolor.
Frios cual estrella invernal, de lino y estandartes ataviados.
Los héroes del atardecer, al amanecer son honrados.
Salve Aedrel! Tómalos en tu regazo!
Fuego, amor, sangre y esperanza!


En ese momento, el Sol ascendió tras la hilera de árboles e invadió la ciudad en ruinas, iluminando a todos los presentes con una dorada y reconfortante calidez. Dagha miró de nuevo al guerrero al que acompañaba y vió las lágrimas bañando su pálida tez. Las emociones fueron muchas y ella no aguantó mas. Se fundió con el en un abrazo cercano, mas para desahogarse de su propio dolor que para apoyar el suyo y aquel hombre la recibió con ternura, comprendiendo que despues de aquella noche, nadie saldría de Înuzar sin dejar parte de su alma e inocencia grabada en las antiguas rocas.


Última edición por Moonchild el Miér Dic 03, 2008 10:56 am, editado 2 veces
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Mensaje  Dagha Lun Dic 01, 2008 5:51 pm

Dagha aun conmovida por los sollozos de aquel guerrrero, le mira trnaquilamente, sin poder a partar sus ojos verdes, del misterioso azul de los de él, y al ver salir el sol y despues de acunarlo sobre su pecho, intentando encontrar el alivio de ambos, le dice:

- Nos nos hemos presentado aun, y siento que comparto con vos, mas que con cualquiera de mis compañeros. Mi nombre es Dagha vengo de muy lejos, y no aun no entiendo muy bien porque esta desgracia ha caido sobre la tierra, mi pueblo tambien estaba en guerra cuando mi barco naufragó en las orillas, y todavia recuerdo las miradas de tristeza de mi pubelo al ver tanta muerte a nuestro alrededor, al igual que esta guerra no entiendo tampoco en la que luche, pero he aprendido una cosa de todo el tiempo que llevo aqui, y es que mi compañera y amiga, Agar, junto con la ayuda de su dios Pelor, es capaz de hacer brillar el sol en una noche estrellada, devolviendo la esperanza al alma de los hombres y el valor a sus corazones.... de cualquier modo, si necesitais algo de mi en cualquier momento, no dudeis en pedirmelo, y os concedere cuanto este en mi mano, si lo unico que quereis es el consuelo de un abrazo o un hombro sobre el que desahogar vuestra tristeza, no lo pidais, pues es algo uqe os dare sin necesidad de permiso...

Sin decir ninguna palabra mas, continua mirando sus ojos azules, y despues le apoya la cabeza sobre su pecho, mientras lo arrulla y lo intenta tranquilizar. Sin parecer grosera ante aquel guerrero y sin que se de cuenta busca a Agar con la mirada y cuando se la encuentra la mira y sonrie, dandole las gracias por hacer brillar el sol de nuevo. Despues vuelve a mirar pensativa hacia la espalda del guerrero hasta que este este consolado y pueda presentarse.
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Mensaje  Sellayne Mar Dic 02, 2008 2:21 am

Al volver con sus compañeros, Sellayne se separó de Frago no sin antes marcarle diversos capítulos del grimorio que sostenían a la vuelta. Con la mirada perdida, se sentó en medio de sus compañeros y sacó sus memorias. Al rato de garabatear una caligrafía correcta hasta el extremo, cerró el grimorio con cuidado, y levantó la vista hacia Dannor:

- "Dannor, recuerdo que teníamos una conversación pendiente, y al menos por mi parte he perdido las ganas de dormir por hoy, - En este punto Sellayne, con un breve respingo, retiró el hielo de su mirada y lo tornó en brisa mientras proseguía - no quiero perderme el sol de este día por unos cuantos delirios y una leve sensación de descanso. Si no recuerdo mal, acabé hablando de mi infancia, de mi nombre, incluso de mi difícil adolescencia, pero parece que os tuvisteis que ir con vuestra historia a cuestas... ¿Sería incómodo si os pido que me habléis de vuestra historia?"

La joven se giró y miró hacia el amanecer, de espaldas al suelo y sosteniéndose con los codos. Un instante de reflexión después, cambió de punto de apoyo al brazo izquierdo y esta vez sonriendo le dijo al mago:

- "¿Quizás sea más tentador si os lo pido por la belleza de Corellon que os habéis propuesto traer al mundo, para que pintéis mi amanecer con una narración?"

Con la paz interior en los párpados, y la melena volviendo a reposar sobre su capa, Sellayne quedó frente al cielo, sintiéndolo sin mirarlo.
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Mensaje  Frago Mar Dic 02, 2008 3:26 am

Al regresar, Frago se despide con una leve inclinación de cabeza de Sellayne. Parece mucho más calmado, desde luego... pero hay algo más. Su sonrisa parece haber sido sustituida por una clara determinación, sus ojos no revolotean por doquier, sino que permanecían fijos en la escena que se abría ante él.
La luz del sol le ilumina el rostro que parece haberse transformado de forma imperceptible. Sus ojos estaban más rasgados, su barbilla más afilada e incluso parecía haber crecido unos centímetros.
Un brillante mechón de pelo rubio le cubrió un ojo mientras paseaba por las ruinas cerrándole los párpados a los cadáveres y poniendo sus magulladas manos sobre el pecho para, a continuación, coger un anillo o alguna pertenencia personal de los caídos y guardarla en una bolsa de cuero que se colgaba al cinto. En una bolsa adyacente, guardaba trozos de tela ensangrentada de cada uno de los soldados que no podrían regresar.
En su sucio rostro todavía se podían observar los blancos surcos dejados por las lágrimas derramadas durante la noche, pero un aura de solemnidad envolvía su ser.
Al finalizar su tarea, Frago se dirigió a Lord Vaiten, intercambiando unas breves palabras antes de entregarle la bolsa de cuero en la que había guardado los enseres personales.

Despacio, se giró y se acurrucó junto a algún fuego, arrebujándose en su capa, y, tras un leve suspiro, comenzó a quedarse dormido con una sonrisa tranquilizadora en sus labios...
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Mensaje  Moonchild Mar Dic 02, 2008 4:02 pm

Poco a poco, el Sol fue ganando terreno a la sombra de los árboles, y el ejército al completo se reunió frente a las recién cavadas tumbas de sus compañeros caídos.
Vaiten desenvainó una daga y cortó su palma izquierda, y, mientras dejaba caer su sangre sobre la tierra, habló a sus hombres y compañeros.
- ¡Hermanos! – Gritó. Le precedió un silencio respetuoso mientras el sol atravesaba las hojas de un gran roble, bajo el que se habían cavado los sepulcros. Dorados, cobrizos y pardos verdes bañaban sus azules vestiduras, y con su noble porte, el Lord de Balgar pareció estar pintado en un fresco inmemorial sobre el lienzo de la mañana.
- ¡Sobre la sangre de nuestros hermanos!, ¡Sobre nuestra sangre, crecerá la esperanza! Y con ella la antigua gloria de esta ciudad… ¡Hermanos de sangre! – Prosiguió mientras apretaba con fuerza su puño. – ¡Imaginad Înuzar alzándose de sus cenizas! ¡Las torres tocando el cielo, los muros creciendo cual paredes de fé! ¡Erathis dará nuevamente un nombre a esta tierra! ¡Su muerte y vuestra sangre no serán en vano! ¡Partamos ahora hacia Bâlgar, pues el mal no descansa! ¡Amigos! – Prosiguió mientras desenvainaba su hoja hacia las alturas; - ¡¡¡Egoram Soroê!!! -Todo el ejército se encontró imitándole hasta que cientos de destellos plateados iluminaron el cielo. Los vítores viajaron entre los árboles derrotando al omnipresente silencio, y bajo la sombra del gran árbol, las espadas de los héroes de Înuzar crearon la estrellada noche en el amanecer de la Tierra.

Selene volvió su vista atrás para ver Înuzar por última vez, la columna de hombres que le precedía ya serpenteaba por el bosque de vuelta al paso de Êctanis. Sabía que si sobrevivía a lo que el futuro inmediato le deparaba, tendría que volver a aquel valle, donde tanta fatalidad había presenciado. Su mente recorrió los recuerdos de la noche anterior y pensó que tal infierno debía acabar. Las palabras de Frago habían calado en parte el ánimo de Selene, y se sintió hastiada de tanta muerte. Volvió andando sobre los pasos de sus compañeros y dio una palmada en el hombro del pícaro en señal de apoyo, quien, absorto en sus aparentemente profundos pensamientos, no dio muestras de reconocer el tacto de la joven y siguió impasible su camino hacia el frente. El astuto niño de las calles de Êistar estaba perdiendo su inocencia a golpe de hacha y cuchillo, y su ánimo se ensombreció a la vista de todos. Su amabilidad no disminuyó, pero parecía buscar la soledad o, a lo sumo, la compañía de Sellayne Flynn, a quien parecía admirar por su entereza y seguridad. Dentro de la desesperanza que le causaba la muerte que provocaban todos los seres que tenía a su alrededor, Frago empezó a recorrer el camino hacia la madurez con la solemnidad y arrojo de un noble, y construyó las paredes de su templanza con las piedras caídas de Înuzar.

La hechicera avanzó hacia el grupo que conformaban Naerthe, Dannor y Sellayne, la cual preguntaba a Dannor por su origen ante la atenta mirada de la recién llegada Éladrin, que tanto recordaba a una versión joven de Idroên.
-Vereis Sellayne, mi historia ni yo mismo puedo contarla, pues siento que es, más que mi historia, la historia de mis padres y de los padres de mis padres. – El mago de blanquecinos cabellos comenzó a hablar pausadamente con sus grandes ojos azules fijos en el suelo del camino, concentrándose en sus recuerdos y palabras.- No se si mis compañeros te han hablado antes de esto, pero el pasado de nuestro pueblo es difuso. – Dannor tomó airé y exhaló, en lo que pareció un suspiró, antes de continuar.- La memoria de mi pueblo es oscura, se remonta hasta la de los padres de nuestros padres, pero mas allá de ella solo hay leyendas de grandes navíos y tormentas de niebla; de olvidados linajes y oscuros demonios. Nada a lo que agarrarse. Hemos estado tan cegados por las pequeñas minucias del día a día, que hemos perdido nuestra historia… aunque sea triste admitirlo. Desde que estoy en estas tierras, he sentido mi crónica viviendo en el aire y en la tierra, y me intriga sobremanera pensar que nuestro pasado vive aquí y que podremos aprender de él. Estas tierras están, sin duda, plagadas de arcanos misterios. Me llamaron mucho la atención las palabras de Brandyr. Habló de un linaje que muere lentamente, de anciano pasado, y me recordó a mi propia situación y a la de todos nosotros. Hemos conocido ruinas que estaban aquí antes que las gentes de Dhobir, Balgar o Ikêdriz, y por si fuera poco, estamos marcados con señales que indican que estamos unidos al destino de Las Casas de D’ôrnon. Hay muchas cosas que deberíamos meditar para conocer nuestra propia historia… – Hizo una breve pausa y miró decidido a Sellayne.- Me pregunto cual es vuestro papel en esta empresa, pero quiero creer que estáis aquí, como yo, por que compartimos un destino que debemos afrontar, y quizás cambiar, juntos.- Con una sonrisa en su rostro, prosiguió en un tono mas animado, sin alzar la vista en ningún momento, como rememorando buenos tiempos en su olvidada patria.- ¿Sabéis que conocí un elfo en los bosques de mi hogar?- Sellayne no pareció inmutarse ante esta declaración y, sin dejar de sonreir, encogió los hombros en un claro gesto de extrañeza.- ¡Claro!- Dijo el mago al darse cuenta.- Lo que no sabéis es que en las lejanas tierras de Êistar, los elfos no caminan entre los hombres sino entre las páginas de los libros de fábula. Yo conocí a uno de estos seres, que me enseñó a amar la naturaleza, los bosques, y todo aquello que representa sabiduría. En silencio (ya que no podía desvelar su existencia), crecí a caballo entre el bosque y la ciudad, entre la biblioteca y el monte, entre la voz de los libros y el susurro de los árboles. Eran tiempos distintos, de eso no queda sombra de duda alguna.- Dannor siguió narrando la historia pero empezó a reir cuando su atención se desvió hacia Isaias, que cargaba un saco de craneos de minotauro ante la atenta mirada de parte de la compañía, que acosaba al brujo a base de las mas diversas preguntas alrededor del tema estrella.
- ¡Y decidnos, Lord Isaias! - Comenzó a hablar un joven soldado.- ¡¿Como hicísteis para convertiros en tan horrible ser!? .- Isaias, hastiado, respondía con evasivas mas sin lograr que la atención se apartara de su anterior transformación, tan poderosa y misteriosa a vista de todos.- Amigo, no quieres saberlo. Pero si insistes, te lo mostraré una noche oscura, muy, muy cerca del fuego.
La compañía siguió su marcha entre los viejos bosques. El Sol se filtraba entre las ramas como jirones de luz, y de repente se dieron cuenta de que algo había cambiado, una mariposa cruzó el camino en dirección a Înuzar, inundando de vida el exánime silencio, que empezaba a mitigarse en la distancia.


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Mensaje  selene Jue Dic 04, 2008 12:52 am

Durante el camino hacia el paso de Bantes que estaba siendo arrasado por gigantes, el grupo se sienta a descansar y surgen interesantes conversaciones. Selene , tras estar un rato conversando y escuchando la conversacion de Danor, Sellayne y Calev ,se retira sola en la oscuridad a leer.
Se acerca a los alli presentes y les dice:
-"compañeros, descansad..., si me disculpais me voy a retirar un poco a concentrarme en mis lecturas..., no estaré lejos, si me necesitais no dudeis en llamarme" y tras hacer una inclinación con la cabeza, recorre de un vistazo las miradas de Agar y Dagha,a quienes sonrie, y se despide ,con gesto amable y cerrando los ojos, del resto de compañeros.

La joven camina entre la noche , y un poquito alejada del grupo, pero sin perder de vista sus voces y presencia, se apoya en un árbol. Allí saca su libro, e intenta iniciarse en la lectura. Pero pronto se descubre enfrascada en un pensamiento circular que no parece conducir a ningun sitio.
Allí, en las sombras, alza su mirada hacia el cielo y piensa para sí misma sobre los ultimos acontecimientos :
-"De nuevo el vacío..., de nuevo la nada..., y de nuevo la muerte gritando en el cielo...., y de nuevo nada!!!. ¿Por qué todo se tiene que terminar?, ¿Por qué no encuentro sentido a nada?..., ¿por qué todo tiene que acabar siempre en lo mismo, siempre en ruinas y olvido...?..." ... por un momento salió de aquellos pensamientos y los hizo más conscientes...estaba viviendo lo que muchos de sus compañeros ya habían experimentado. Estaba siendo consciente del vacío y la desesperanza..., ahora quedaba otra batalla, y habia que luchar... por ello. Al fin y al cabo, ese era su proximo destino que iba a ser compartido con los que ahora ella comenzaba a considerar, y retomando las palabras de Calev, como "hermanos" en la lucha por conocer un destino que parecíamos tener que compartir. Por otro lado, Danor, aquel misterioso hombre..., habia empezado a recordar cosas que parecian tener que ver y mucho con los interrogantes del grupo...Poco a poco el pensamiento circular fue tomando otra forma...
Entonces, se tranquilizó, tomó aire, lo saboreó y recitando unos versos en lengua infernal, se dispuso a meditar en aquella noche que solo parecía responder con silencio...
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Mensaje  Sellayne Jue Dic 04, 2008 3:41 am

Sellayne miró a Calev, con respeto. Sus mejillas aún estaban recuperando el color gélido que las solía vestir.

- "Me habían dicho muchas veces que la ira es un arma muy poderosa en el guerrero que la sabe usar, si queríais ver fuerza en mi, ahí la tenéis. En cualquier caso, si era vuestra intención, he de decir que sóis sabio... en caso contrario solo puedo daros las gracias. - Mientras se tocaba las mejillas, Sellayne sentía el frescor de sus manos sobre aquella sensación que tan pocas veces podía probar. - Ahora si me disculpáis, voy a tomar un baño.

Mientras se quitaba la armadura, algo apartada del fuego, los sentimientos caminaron marcha atrás, de vuelta al oscuro lugar de donde rara vez salían. Sus ojos, se enfríaron como si absorvieran la brisa nocturna; y de nuevo, el iris de Sellayne miró solo hacia dentro.

- "Si alguna de vosotras gusta en acompañarme, me alegraría poder conversar"

[Cuando acaba de quitarse las grebas marcha, Si hay alguien que haya venido, obviamente conversa y comparte el perfume (queda para próximos posts), no se queda completamente muda xD]

Al llegar al río, cambia sus pantalones y su blusa, por un camisón blanco, y deposita las prendas al lado de una manta. Al lado de la pila, prepara un fuego y un barreño de metal. Una vez el fuego está listo, calienta el barreño con agua del río. Al terminar, se lanza de cabeza al río, nadando un poco para entrar en calor, y pasado un minuto sale caminando hacia el fuego. Frente al mismo se envuelve con la manta y saca un frasco del que vierte parte en el agua. Al contacto con el vapor, el ambiente se llena con un olor a agua de rosas, y la joven empapa un trapo en el barreño con el que tras varios minutos se lava el cuerpo entero. Al acabar, junta su pelo en trenzas que moja y escurre en un agua fresca más perfumada hasta que finalmente, se seca.

Cuando su ropa se seca al fuego, cambia de camisón a uno de terciopelo azul, calienta un agua nueva hasta hervirla, y dentro suelta su ropa de viaje. Tras perfumarla, se queda mirando al bosque perdida en algún recuerdo triste.

Finalmente, envuelve toda la ropa en una manta, y vuelve revestida de azul índigo del que la luna arranca destellos plateados. Cerca del calor del fuego, se arrodila ante su atillo, y como si el río la hubiese congelado, dobla la ropa trazando lineas rectas sobre el aire con sus codos.
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Mensaje  Frago Jue Dic 04, 2008 12:24 pm

Ligeros pasos se confunden y alejan de los ruidos del campamento. La noche es fría, el bosque está tranquilo, las criaturas nocturnas que lo pueblan comienzan a despertar; presas y depredadores comienzan su eterna danza...
Apoyando una mano en el hombro de Selene, Frago mira las estrellas. Con un movimiento lento y calculado, se quita la capa y se la pone cariñosamente a la bruja.
- Es una noche fría, y no debe enfriar la fragua que rige tu interior.
Poniendose de cuclillas, Frago apoya ambas manos en los hombros de Selene, mirandola profundamente a los ojos y averiguando sus pensamientos. La determinación del joven era férrea, su sonrisa tranquilizadora.
- Puede que el destino de todos nosotros sea la muerte y eso llene nuestros corazones de desesperación. Posiblemente, no podremos elegir cuándo ni cómo moriremos... pero tras meditarlo profundamente me he percatado de algo que se escapaba a mi entendimiento hace escasos días: no podemos elegir cómo morir, pero sí cómo vivir y por qué vale la pena luchar.
Alzando la vista al cielo estrellado
- Yo lucho para honrar la memoria de los caídos, para no dejar perdida su esencia en el olvido, para defender a mis amigos y poder disfrutar, un día más, de una magnífica comida junto a ellos. Porque, sin ellos, la comida pierde el sabor y se vuelve insulsa, la bebida se vuelve amarga y los días pesados y lentos. No soy hombre de muchas virtudes, o, mejor dicho, niño -añade con sonrisa melancólica-, pero hay cosas por las que creo que vale la pena dar la vida.
Clavando sus oscuros ojos en los de Selene,
- Y, entre ellas, estás tú, querida mía...
Y de este modo, por vez primera, Frago era capaz de expresar sus sentimientos sin vergüenza ni deshonra, afrontándolos directamente, reconociendolos y profundizando en ellos. Un fulgor latente iluminaba sus pupilas...
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Mensaje  Dagha Jue Dic 04, 2008 3:02 pm

Cuando Selleyne se levanta e invita a sus compañeras a acompañarla a ese baño, Dagha se pone en pie, mientras con un sutil gesto a Agar, le invita a acompañarla (Agar entiende bien ese gesto).

-Selleyne si nos os importa nosotras os acompañeremos, es una idea muy apropiada y muy reconfortante, nadar de noche en el lago y disfrutar de un poco de compañia en una circunstacia distinta a la que ultimamente nos rodea, nos sentara bien, y quiza podamos mantener una conversacion agradable mientras lo hacemos.

Mientras dice esto se dirige hacia donde se encuentra colocandose a su lado, esperando unos instantes para comprobar si Agar hace lo mismo.

Dagha busca con la mirada a Selene y la encuentra algo alejada acompañada de Frago, hace un pequeño amago de acercarse, pero retrocede en el ultimo momento, -Quiza no sea el mejor momento para interrumpir su conversacion, piensa mientras vuelve sobre sus pasos. Y girandose hacia quienes quedan alrededor del fuego dice:
-Cuando venga Selene, ¿podreis comunicarle donde estaremos, por si quisiera reunirse con nosotras?[i]

Y se gira hacia Selleyne de nuevo, esperando que de los primeros pasos hacia el lago y seguirla mientras comenta:
-[i]¿Sabeis en que parte del lago vais a bañaros?
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Mensaje  Sellayne Jue Dic 04, 2008 4:52 pm

Sellayne comentó mientras se ponía en marcha:

- "Claro, hay un claro que he visto por el camino, cerca de una de las orillas, el agua debe de estar fría, pero no hay mucha corriente, y vengo más o menos preparada."

Al decir esto, muestra la mochila y el barreño con una sonrisa:

- "También podremos relajarnos con agua caliente, y traigo perfume..."

Mientras preparaba el baño y el fuego, se dirigió a sus compañeras con una sonrisa cómplice:

- "Decidme, cómo fue vuestro pasado, me gustaría conoceros más... Sé que a veces parece como si mi lugar no estuviera adecuadamente entrelazado a vuestro destino, pero yo quiero que lo esté, quiero estar aquí, y quiero hacerlo también por vosotras, y el resto de nuestros compañeros. Entiendo que haya secretos, conspiraciones, y demás misterios que no es momento para tratar - no os lo reprocho - pero no es demasiado pronto para iniciar una amistad... mi humilde opinión es que al final de la batalla, siempre es mejor volver la mirada hacia rostros amables, no digo que no sea así en cierta manera, pero envidio vuestra complicidad, vuestra unión, y me gustaría formar parte de ella."

Mientras se aleja hacia el agua, con el camisón puesto, gira la cabeza, y con respeto dice:

- "Espero no incomodaros."
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Mensaje  Agar Jue Dic 04, 2008 5:12 pm

Agar se levantó de su sitio. Un baño le vendría genial después de tanto tiempo caminando y peleando. Hizo un gesto leve pero marcado del disgusto de aceptar algo de Sellayne pero al fin al cabo la chica no ha hecho nada malo adrede contra ella. La paladina solo se disponía ayudar. La culpa lo tenían los otros por ir detrás de la primera chica joven y guapa que se encuentran. Mira a Sellayne y la sonríe, no con una sonrisa falsa, ya que esas sonrisas no le gusta darlas, sino con una sonrisa limpia.
Durante el camino Agar contesta a lo que había dicho Sellayne:
- Bueno nuestra complicidad realmente viene porque sabemos respetarnos, que da la casualidad que he sido la primera del grupo que se dio cuenta que las redecillas que pudiera haber en el pasado entre nuestras dos patrias, no tienen cavidad en este mundo tan nuevo , extraño e interesante para nosotros.- Mira a Dhaga con una mirada de complicidad.- Y bueno sobre nuestras historias, realmente, mi vida es parecida a la de cualquiera de nosotros, con vidas muy difíciles que forjaron nuestro destino, terminando en una guerra que nos trajo hasta las orillas de este lugar.

Llegaron a la orilla del lugar. Era un claro perfecto para una conversación sin redecillas, relajarse, y disfrutar de la calma. Agar miró hacia todos los lados del claro, forzando un poco la vista por si acaso alguien les había seguido, ya que se acordó del día que salieron espías entre los matorrales, situación vergonzosa para todos pero esperando a que no se repitiera.
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Mensaje  selene Vie Dic 05, 2008 1:21 am

Selene está mirando muy atentamente a Frago y escuchando sus hermosas palabras...Permanece tranquila, serena, y cuando el jóven termina de hablar, lo mira fijamente. Esboza una leve sonrisa y baja su mirada. Acto seguido coge uno de sus colgantes que porta siempre sobre su cuello y se lo quita. Es un cordón negro de piel del cual cuelga un bonito objeto de madera oscura tallada. Su forma es circular, y tiene grabada una especie de espiral grande. Muy lentamente lo cuelga del cuello del joven mientras dice:

-"Gracias mi querido Frago..., tomad, quiero que lleveis esto..., hace tiempo que quería daroslo y no encontré el momento para hacerlo. Procede de las tierras donde nací, Hadrinol,y fue el primer colgante que realicé junto al fuego con mi pa...(suspira ,aparta el pensamiento y cambiando de tema prosigue)... y a modo de amuleto quiero que lo lleveis puesto , así estará presente parte del mundo de donde procedemos.Aceptadlo a modo de regalo. Cada vez que lo mireis pensad que tambien yo de alguna forma quiero protegeros...Durante la batalla no me sentí sola..., estabais allí en la oscuridad y me sentí muy protegida...es más recuerdo sentir vuestra presencia conmigo y de ahi saqué fuerzas para continuar luchando. Fue por vos..."

Tras terminar de decir estas palabras, la joven obsequia con un gran beso en la mejilla a Frago, y despues lo abraza de forma cariñosa. Tras esto, Selene prosigue:

-"...de todas formas..., tras lo sucedido la otra noche..., ¿os encontrais mejor?. vuestras palabras me asustaron, y no me gusta veros así... sabed que contais conmigo..., nunca olvido a quien me protege."
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Mensaje  Isaias Vie Dic 05, 2008 7:24 am

Viendo lo ocupados y relajados que estaban sus compañeros, Isaias se levanto y se marcho furtivamente del circulo entorno a la hoguera y se dirigio hacia la tienda de Lord Vaiten. Haciendo un ligero saludo con la cabeza a los dos soldados que guardaban la entrada, acompañado de una ligera palmada en el hombro de uno de ellos, el brujo entro en la tienda del Señor de Balgar. Tras una leve inclinacion de cabeza a modo de reverencia, el mistico personaje comenzo a hablar.

- "Saludos Lord Vaiten, quisiera hablar con vos en privado. Es para tratar un asunto que no creo sea recomendable que el resto de camaradas escuchen."

Con sus ojos verdes fijos en los de Vaiten, el inquietante brujo se quedo esperando una respuesta por parte del gobernante.
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Mensaje  Naêrthe Vie Dic 05, 2008 12:38 pm

Naerthe permaneció en silencio practicamente desde que se unió al grupo en aquella batalla.
Sus pensamientos la abstraen, ha escuchado con atención cada una de las palabras de sus nuevos compañeros de viaje, tratando de conocer cuanto antes el origen y la existencia de cada uno de ellos, escudriñando en el interior de cada mirada con sus ojos derramados de color violáceo.
Está agotada tras días de viaje; sin mediar palabra, después de haber visto partir al conjunto de mujeres hacia el lago, decidió apartarse del campamento.
Comienza a alejarse caminando lentamente, acariciando con las yemas de los dedos cada hoja de arbusto y de árbol.
Sin reparar en ello, se aproxima a las orillas del lago, y descubre un árbol de bajas ramas facilmente accesible.
Busca refugio en él con un ligero movimiento, y se recuesta entre sus hojas, clavando la mirada en el cielo del que hace unas horas descendió.
En el abrazo del silencio, Naerthe rememora el encuentro con aquel enviado de Idrôen, su mensaje... Y por primera vez asimila el peso de cada una de las palabras de aquel elfo.
Una lágrima surca su rostro, mezcla del cansancio y la incertidumbre de su nuevo destino.
Abre sus ojos y retira con sus largos dedos un mechón de cabello blanco de sus labios y contempla el lago, y a las mujeres nadando tranquilamente en sus aguas.
Lentamente comienza a entrar en trance.

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Mensaje  Sellayne Dom Dic 14, 2008 5:37 pm

Las Noches de viajes se fueron posando unas sobre otras como las hojas en otoño. Habían llegado a Balgar y vivido la gloria de sus hazañas heroicas. Ahora, les había sido encomendada una misión peligrosa que les llevaría más allá de las fronteras del enemigo, donde estarían solos. Tras entregarles instrumentos cargados de magia a algunos compañeros, y la promesa de otros más poderosos a otros, los viajeros partieron a reflexionar antes de partir para cumplir la gesta que les había sido asignada.

Sellayne estaba vestida de terciopelo azul, desde que partiera de Ikêdriz, pocas veces había podido librarse del peso de las placas de metal que la protegían. Ahora, los tirones y las contracturas musculares invadían sus hombros y los musculos de su cuello, lo que provocaba que no cesara de mover el hombro en círculos sinuosos, y girara el cuello en muchas direcciones. Mientras se dirigía al templo de Avandra, su escarchada mirada alejó a los pocos desgraciados que no la reconocían y veían en ella una mujer solitaria en la noche.

Al divisar el templo, la joven se puso a rezar mientras caminaba, jugando a cerrar los ojos y probar su suerte, como solía hacer cuando estaba sola. Se acercó al templo, y...

[[Descripción del templo requerida, o hasta aquí y lo narramos.]]
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Mensaje  selene Mar Dic 16, 2008 12:43 am

El camino iba a ser duro, el nuevo cometido más todavía...El ánimo de la joven Selene se veía reconfortado. Ahora hasta vestía distinto..., se había despojado de sus viejas vestiduras blancas ( que no olvidaría) y las habia cambiado por un atuendo totalmente distinto, que gracias a la ayuda económica de Dannor había podido conseguir. Ahora era una bruja con capa, vestiduras de cuero y túnica blanca ajustada con un cinturón. En su brazo derecho portaba el guantelete que brillaba con la fuerza del sol mismo. Y en su pecho, portaba a parte de sus inseparables colgantes, un gran símbolo de Ioun . Ahora no le importaba mostrar sin temor la religión que profesaba. Consideraba que estaba entre hermanos y eso era lo que importaba. Se acercó a un templo de Ioun, y allí en soledad empezó a rezar unas plegarias a su diosa. Extendió sus brazos, se arrodilló en el templo, dejando caer sus largos cabellos sobre su cara y comenzó a meditar confiando la nueva batalla a su diosa para que iluminara con la razón y la sabiduría a todos los que compartían la nueva enmienda.
Y alli en soledad se quedó profesando la fe a su diosa con un fervor y devoción que había olvidado que tenía.

Ahora sabía que podia luchar, se sentía con fuerzas y ganas para lo que se les venia encima...,
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Mensaje  Sellayne Mar Dic 23, 2008 9:10 am

Sellayne pidió hacer la guardia con Isaias aquella noche, cuando llegó su turno, se puso la armadura al completo y se animó con la esperanza de ver amanecer en unas horas.

Mientras tanto, ambos miraban hacia la oscuridad cerrada del horizonte. Al pasar la primera hora, la paladina se acercó al brujo. Sin mediar palabra le ofreció la pipa y las hierbas que ya probaron por el camino, y le volvió a insistir en que se quedara con aquél instrumentillo de madera para él. Con una rama seca y fina sosteniendo una pequeña llama, la joven encendió el humo de ambos.

Tras varias caladas profundas, el aire se tiñó de un tinte solemne y tranquilo.

- "Isaias, ¿Qué buscáis ahí al fondo? ¿Qué hay detrás de todo el bosque? ¿Qué hay en esa dirección hacia la que no se puede caminar?

La voz era dulce, un susurro. No había prisa en las notas que tocaban las palabras pronunciadas, solo interés fraternal.



Fuera de Rol : FRATERNAL, DHAGA, FRATERNAL.
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Conversaciones de Viaje - Página 3 Empty Ciénagas

Mensaje  Moonchild Lun Dic 29, 2008 7:26 pm

Conversaciones de Viaje - Página 3 The_Bog_V_by_svensson
Sellayne había acertado en la pregunta que había hecho al brujo, ya que este presentía algo oscuro en el camino que habían de recorrer.
Hierbas muertas y cañas putrefactas inundaban las ciénagas que se presentaban delante de la compañía. Dagha y Frago hacían las veces de exploradores, palpando aqui y alla en el camino, o escuchando en el suelo para aprobar su consistencia. La tierra fué empeorando cuando aparecieron las primeras colinas, que se juntaban entre si creando pequeños valles en los que se estancaba el líquido, que desprendía un suave hedor que solo despertaba cuando los viajeros disturbaban sus aguas.
En esta ocasión, ya no existía el camino tranquilo ni la misión errante. Había un claro objetivo, que era Bântes, y había que ser raudos pues mucha gente a la que ahora apreciaban podía correr peligro.
Todos mostraron su determinación; Êirnel porque eran sus tierras natales, su gente y su sangre; Oëranor y Ûzdun por honor, y la compañía de D'ornon lo hizo por compañerismo y amistad. Ninguno cejó en su empeño ni se detuvo un instante, pues todos respetaban a sus compañeros, y harían todo lo posible por demostrarles su valía. A la caida del sol, se hizo la primera parada del día, al borde de un bosque que crecía entre los pantanos.
Conversaciones de Viaje - Página 3 Bog1-f03
Se apresuraron a desempacar e intentar montar campamento, pero no tuvieron tiempo de decidir posiciones, pues una tribu de Hobgoblins, pequeñas alimañanas humanoides, aparecieron entre el bosque delatando su posición con su movimiento. El grupo fué tomado por sorpresa. Una flecha alcanzó la gargante de Êirnel, que cayó mientras tosía sangre que era limpiada por Agar en sus ansias por salvarle la vida. Sellayne atacó con precisión mientras los proyectiles de Dagha y Frago cruzaban el aire hacia sus enemigos. Formando un arco de luz con su hoja, la paladina segó la vida de tres hobgoblins, que salieron expulsados de vuelta a los árboles, cayendo al suelo sin vida y frenando la siguiente oleada de sus compañeros. Dagha atacó a una pareja de hobgoblins que se dirigían hacia Isaias, empalando al primero con su hoja izquierda. Con fuerza, impulsó el cuerpo ensartado hacia su compañero colocándoles juntos, y con un grito, descargó su espada derecha seccionando ambas cabezas al mismo tiempo. Por su parte, Agar terminaba de aplicar la magia de su diós al guerrero de Edranthal, pero aun necesitaba un tiempo. Con un salmo, consagró el terreno en el que moraban, y los hobgoblins que se acercaron a hacer presa de ellos, se dieron cuenta muy tarde de que no estaban indefensos. Cuando su piél y órganos internos empezaron a quemarse, intentaron salir del círculo, Pero era tarde y no lograron arrastrarse hasta el exterior antes de encontrar la muerte.
Una fila de cinco criaturas intentó abrir brecha en las filas los aventureros, pero Agar, aun de rodillas junto a Êirnel, invocó un soplo que pareció bajar de los cielos con millares de luciérnagas que giraban sobre si mismas, formando cuchillas de luz, que es lo que eran, para la desgracia de la tribu de bestias asesinas. Los cuerpos de los goblins se desperdigaron trozeados por aquella fila, que pronto se convirtió en un río de sangre. Los compañeros usaron su magia y repelieron prontamente al resto de los hobgoblins, que no estaban solos. Un árbol cayó cerca del linde del bosque y otros le precedieron, denotando que aquello que los hacía caer se acercaba a la fuente de la muerte de las horribles criaturas.
Un Ettin de dos cabezas apareció entre dos troncos lanzando un grito de furia e intentó, bajo una lluvia de proyectiles de los aventureros, descargar un mandoble con su garrote repleto de púas de piedra, pero la descarga le mantuvo a raya.
Uzdun cargó con furia, dejando claro que bajo su capa gris también había emocion. Su espada sierra se alzo sobre todos y fué descargada justo entre las 2 cabezas. El gigante gritó totalmente sorprendido del poder del ataque, que había dejado la hoja profundamente hundida entre los dos cuellos. Oranor atacó a la pierna izquierda con el martillo. El gigante no se lo esperaba, y el hueso crujió al quebrarse mientras la criatura gritaba de dolor e hincaba rodilla. Calev intentó descargar un potente golpe contra la misma articulación, pero el garrote del Ettin se interpuso en el camino de la brillante espada del guerrero, que destrozó parcialmente el arma de su enemigo, perdiendo de camino su objetivo original. De repente la faz del gigante cambió. Gritando, se dió media vuelta para imaginar que causaba el calor que desgarraba su espalda. Un volcan de fuego estaba siendo invocado por Selene, y el Ettin corrió hacia delante con una crin de fuego que ya empezaba a acabar con una de las dos cabezas, haciendole combarse sobre si mismo en un desesperado intento de escapar del fuego.
Frago escaló sobre el cuerpo del gigante en una carrera frenética, y seccionó la arteria de la cabeza restante, haciendole caer sobre el enfangado suelo ya sin vida antes de tocar la tierra.
Todos estaban bien y Êirnel había salido airoso de su herida de Flecha. Habían demostrado que podían pelear juntos y con eficiencia.

Siguieron avanzando durante 3 días, pero el sendero se hacía cada vez mas impracticable. Tenían por delante dos caminos, aquel que atravesaba las ciénagas, que iban siendo mas intransitables a medida que avanzaban hacia el norte, y un bosque gris de firmes suelos, que se adentraba en un valle oscuro. Los caballos les hicieron inclinarse por la última opción. Quizás tuvieran que abandonarlos a su suerte una vez llegaran a las montañas, pero también era cierto que por aquel camino ahorrarían como mínimo un día, y el tiempo contaba mucho en ese momento.


Última edición por Moonchild el Vie Ene 09, 2009 8:59 pm, editado 5 veces
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Conversaciones de Viaje - Página 3 Empty Bosque Muerto

Mensaje  Moonchild Lun Dic 29, 2008 7:27 pm

Conversaciones de Viaje - Página 3 Dead_Forest_by_IntricateAD
Siguieron con paso firme hasta que llegaron al valle. Los árboles y el suelo mismo tenían pinta de haber sido quemados, pero claramente estaban únicamente muertos. Lo escalofriante era que todos los árboles parecían haber corrido la misma suerte.
El suelo tenía una capa negra, como quemada, bajo la cual se encontraba la tierra dorada, que se asemejaba mas a arena que a suelo fértil.
Dagha se adelantó y levantó un puñado de tierra en el aire. La arena cayó de entre sus dedos, mientras la exploradora estudiaba su composición. Al poco advirtió a sus compañeros que en esa tierra nunca podría haber crecido nada, ya que había finas esquirlas de hierro oxidado y sal. Nadie parecía haberlo colocado alli, sino que todos esos elementos pertenecían o crecían en la tierra misma. Selene respiró la fragancia de la arena, y recordó el olor. Cuando uno quemaba los elementos rituales, había un cambio de aroma en le momento en que la magia tenía efecto. Ella pudo reconocer ese olor en el interior de la tierra.

Un cuervo voló sobre sus cabezas presagiando mal agüero. Aquellas eran landas de muerte, y a su paso, parecían dejar algo de ellos mismos, como si se libraran de un peso que no conocían, aunque les hiciera sentirse mas desnudos. Dagha estaba inquieta, escuchaba susurros que viajaban entre los árboles, y una respiración húmeda y fría en su nuca. Parecía concentrarse en evadir el sentimiento de miedo e inseguridad, pero en ocasiones sus compañeros tenían que mantenerla en calma.

Pasaron la primera noche sin ver a nadie (al menos todos excepto Dagha), y Agar consagró el suelo donde dormirían, expulsando del mismo a un número considerable de arañas rojas subterráneas, que parecían sentirse muy cómodas en esos parajes. A la mañana siguiente, ese sentimiento de haber perdido algo se hizo patente cuando se realizaron en el hecho de que la magia no divina, no funcionaba en ese lugar.

Hastiados en su interior, continuaron su marcha a traves de bosques grises. La luz que les llegaba, velada por las montañas, daba al ambiente un aspecto de eterna mañana, en la que el Sol no aparecía hasta bién entrado el día, y solo por unas pocas horas.
El bosque se fusionó poco a poco con la montaña, aunque sin crecer en altura. Entre los árboles, empezaron a aparecer cada vez con mas frecuencia, montículos de piedra de cinco o seis metros, algunos cubiertos de líquen blanco verduzco, otros de afilada roca que acompañaban en altura a algunos árboles. La siguiente noche la pasaron cerca de uno de estos peñascos, sin fuego, y con los susurros inconstantes del bosque.

Fue sorpresa para todos, cuando a la mañana siguiente encontraron un arco que adornaba la entrada a una caverna de pequeñas dimensiones. Estaba albergada por un montículo muy similar al que habían compartido la noche anterior. El arco parecía tallado por una mano inteligente y un pequeño suspiro salió de la boca de Selene cuando cayó en cuenta de que las runas estaban escritas en un idioma que ya había visto con anterioridad.
Volvieron a ellas recuerdos de la playa tropical, la noche y la lluvia. Los cadaveres flotando y varándose en la playa; Los gritos de los supervivientes que se habían adentrado en el bosque, y la sensación de soledad. Ella había conseguido superar la primera noche, pero cuando intentó leer su grimorio, todo parecía escrito en un extraño idioma que nadie podía comprender. Saltaron sus recuerdos a su primer encuentro con Charsus, clérigo de Avandra, que invocó poderes antiguos en salones profundos, e hizo para ella la lectura comprensible. ¿Era el idioma que leía en su mundo, aun sin saberlo? ¿O es que aqui todo estaba escrito en otra lengua? No, había conseguido leer el libro de conjuros cuando acabó el ritual de Charsus... Solo había una opción: Alguien recordaba o usaba esa lengua.

Êirnel hizo ademán de entrar en la caverna para explorar, pero encontró una fuerza invisible que, como una cortina de cristal, le impedía el paso al interior. Todos fueron probando a entrar, excepto Dagha, que aun estaba asustada por las voces que la acosaban. Solo quedaron fuera Isaias, Oeranor, Uzdun y el mismo Êirnel.
El primer razonamiento conducía al hecho de que solo los náufragos y los marcados tenían paso. ¿Que hacía Sellayne Flynn en el interior? Eran preguntas que deberían responderse mas tarde, pues en un momento, Dagha salió corriendo ante la impotencia de Isaias, que intentó asirla sin éxito. Huyendo casi de su propia espalda, Dagha giró tras un árbol, y desapareció como si nunca hubiera existido. Calev y Frago se acercaron corriendo, seguidos por el resto del grupo que había visto desaparecer a la exploradora delante de sus ojos. Las huellas de Dagha conducían tras el árbol, y alli se perdían. El árbol no tenía una sola hoja, y hubiera sido imposible esconderse alli.
Dagha ya había advertido que había visto una figura moverse entre los árboles, pero nunca pensaron que pudiera correr en su encuentro, o huir hacia ella...
Mucho tiempo estuvieron pensando como recuperarla, pero la magia no funcionaba y las armas no darían resultado en un suceso tan fuera de lo normal como aquel. Se concentraron pués en la puerta, con la esperanza de que esta, y la lápida escrita en su interior, proporcionaran algun tipo de pista mas sobre el paradero de Dagha o sobre la identidad de quien la había raptado.
Largo estuvieron frente a sus puertas, pero el arco y la caverna parecían estar como siempre habían estado. Entonces Agar se levantó y pronunció las palabras:
¡IA! ¡SHADDUYA IA! ¡BARRA! ¡BARRA!
¡IA KANPA! ¡IA KANPA!
¡ISHNIGARRAB! ¡IA! ¡NNGI IA! ¡IA!

Ante la sorpresa de todos, las runas se iluminaron en tonos ocres y granates. Del fondo de la caverna emanó un resplandor del color de la espuma del mar. Dannor miró a Agar sorprendido y dijo con sorpresa evidente: ¿Acaso lo sabíais?- Agar no pudo disimular una sonrisa y dijo: ¡Fué pura suerte! - Rieron momentaneamente por la excitación. En el interior de la caverna podría haber alguna respuesta para ellos. Si eso les conducía a Dagha, ese era su camino.
Los héroes valoraron sus opciones y decidieron entrar todos juntos. La lápida emanaba luz de sus letras inteligibles y, aunque repitieron los salmos durante un rato, nada sucedió. En ese momento, cuando toda la magia parecía volver a su sitio, Nayrel estalló de la funda de Calev, que notó el empellón en la espalda y dió un paso hacia adelante, mientras la espada, convertida en su verdadera forma, se clavava en el suelo hendiendo la tierra con su filo de luz roja. Todo parecía cobrar forma, Calev recuperó la espada, que al parecer se hallaba hastiada por el tiempo que había pasado forzósamente apagada, pero la solución no llegaba.
Frago se adelantó, y tocó la lápida, que ante sus ojos, empezó a cambiar de forma dando paso a unas escaleras que descendían bajo la roca y daban lugar a un angosto pasadizo.
Las paredes del regular pasadizo estaban talladas en piedra, y sobre ellas, como ráfagas de hojas al viento las recorrían haces de runas, que apuntaban la dirección que debían seguir.
Media hora después se dieron cuenta de que era imposible perderse, pues los pasillos del pasadizo debían extenderse kilómetros. Dos horas después, se replantearon que hacer.
-Debemos seguir.- Dijo Calev secamente. Agar le miró fijamente, llevaba mucho tiempo callada.
-Yo creo que aqui no vamos a encontrar nada, ¡esto es un pasillo sin fin!.- Parecía fuera de sus cabales.
-Agar, debeis tranquilizaros.- Dijo Dannor con voz tranquilizadora, en cuanto encontremos a Dagha saldremos.
-¡¿Es que no veis que no hay nadie?! - Evidentemente estaba sufriendo.- ¡Necesito Sol!- Dijo casi en un grito. En ese momento, su medallón se apago dejándola aun mas a oscuras. Sellayne se apresuró a abrazarla mientras la calmaba con su energía divina. Mientras Agar lloraba, Sellayne peinaba su cabello con los dedos, susurrandole palabras de esperanza en el oido.
Consiguieron proseguir pues decidieron que volver atrás no era una opción que nunca les hubiera conducido a nada bueno. Ocho horas después estaban desesperados, pero una roca obstruía el paso del pasillo, y mas que como un obstáculo, los héroes lo consideraron con alegría, pues era un objeto diferente en ese pasillo eterno y desesperante.
La piedra que les cerraba el paso encajaba perfectamente con el resto, exceptuando que su textura era mas rugosa, como arena, y brillaba levemente ante la luz de las distantes antorchas. No parecía haber ningun mecanismo y Nayrel misma no pudo mellar su dureza. Lo intentaron con palabras y salmos, símbolos y evocaciones, pero nada funcionó. En ese momento, Selene, que parecía poseer la astucia de un demonio consejero, acercó la antorcha a la pared, que reaccióno expeliendo la llama. No habia forma de hacer llegar al fuego a la roca, esta lo expulsaba de nuevo hacia la cavidad. Sellayne empezó a rebuscar en su pequeña mochila y sacó la cantimplora de repuesto. Se abrió paso con ella y dijo: Si el fuego es repelido, probemos el efecto del agua.- Y con estas palabras dejó caer un chorro de agua cristalina sobre la roca, que, como el fango, empezó a deshacerse delante de los atónitos aventureros, que empezaron a retirar los trozos de "puerta".
Al otro lado del barro se hallaba una sala mas grande, y en el centro de la misma había un gran sarcófago, guardado por cuatro candelabros sobre los que brillaba con luz propia una vela. Ni el salón ni el sarcófago parecían adornados de ninguna manera excepto por los candelabros.
Uno a uno fueron entrando y Agar mando hacer silencio a todo el mundo. De repente sus ojos se encendieron y , recuperando su cordura habitual dijo:- !Ayudadme! ¡Dagha! -
Del otro lado de la tapa del sarcófago llegaba la voz apagada de la exploradora, que algun dios sabra como, hubiera llegado alli.
Calev hizo gala de una fuerza descomunal al retirar la tapa de hierro de varios centímetros de espesor como si fuera de madera, bajo ella, en el ataud, Dagha gritaba mientras abrazaba a Calev, desconcertada.
El primer pensamiento cuando encontraron a Dagha fué salir de alli lo antes posible, pero Agar vió algo diferente en su amiga.
.-¡Mirad!.- Dijo retirando parte de la camisa de la exploradora.- ¡Tiene una marca! .- Y efectivamente Dagha tenía en el hombro, aun de color canela, una marca como la de todos los demas, pero diferente ya que no habia sido vista antes. Bajo la tapa del sarcófago, del lado que solo Dagha pudiera haber visto, se hallaba grabado el mismo símbolo. Muchas preguntas debían de ser hechas.
El viaje de vuelta fué nervioso y febril. Agar avanzaba sin tregua, sin parar para descansar en ningun momento. Dagha, por su parte, parecía haber adelgazado cinco o seis kilos, y no podía moverse bien por su propio pié. Incluso podría decirse que no tenía muchas ganas de hacerlo. Al llegar al exterior, Agar lloró ante la noche cerrada, ya con esperanza. Dagha, por su parte, se acurrucó frente al fuego, rodeada de gente, y cayó en un profundo sueño reparador, le gustara o no.
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Conversaciones de Viaje - Página 3 Empty El Valle del Ala

Mensaje  Moonchild Vie Ene 09, 2009 1:52 pm

El camino prosiguió sin disturbios hasta salir de la arboleda sin vida, que iba perdiendo árboles a medida que avanzaba hacia la falda de la montaña. Tras el ascenso por las primeras lomas, se hizo evidente el problema de los caballos. Dagha y Calev, que poseían el mismo animal desde hacía varios meses, se mostraron especialmente preocupados por el futuro de las monturas. Frago observó a Dagha, que remontaba la ladera con ágiles, aunque forzados movimientos. Siempre le llamaba la atención cuanto había aprendido la exploradora de los animales que estudiaba: Sus pasos eran propios de un felino, y observaba su entorno con ojos de lobo y mutismo de reptil.
Pero, en aquel instante, era evidente que solo era una máscara. Dagha se mostraba nerviosa y desorientada. Había perdido peso y su rostro imitaba la lividez de los troncos del valle, que hacía tiempo habían perdido la vida.

Remontaron el principio de la montaña con los caballos, pero se dieron cuenta de que pronto deberían dejarlos. Alguno había tropezado ya entre las afiladas rocas, y sangraba de una pata, el resto de las monturas estaban nerviosas. Los animales no podían regresar solos a Bâlgar ni quedarse en el bosque muerto, sin comida. Más allá, seguramente morirían atacados por los hobgoblins supervivientes, que necesitarían mas comida que nunca tras haber sido diezmados por los aventureros.

El viento corría frío y fuerte en las laderas del bosque muerto; Frago se alzó en una roca ubicada en el camino que ascendía por la ladera, para ganar vista y observar el terreno que tenían por delante. Desde allí, divisó una tierra en el paso entre las montañas, que sería la siguiente fase de su camino por esas cumbres. El pasto crecía verde en la hondonada alargada que representaba el paso y se mecía como llevado por una suave brisa. Al mirar mas en detalle, se podía observar como la propia roca de la montaña, como un milagro de la naturaleza, se había convertido en techumbre para los pastos, y este techo ocupaba casi la mitad del valle al principio y se acortaba después hasta desaparecer en la meseta e integrarse con la montaña nuevamente, como un ala de piedra incrustada en la loma. Un caballo correteaba por la verde hierba, y en ese momento los rayos del sol hendieron las nubes e iluminaron el valle con una cálida luz color ámbar. El pícaro sintió otro escalofrío, una vez mas originado por las frías corrientes, y el verde valle le pareció en ese momento un destino ideal.

Remontaron la falda de la montaña hasta que llegaron a la hondonada entre las cumbres, que era bañada por el sol y cruzada por un sinfín de diminutos arroyos que nacían de entre las cavidades de las montañas. La decena de aventureros, se sintió prontamente agradecida de haber abandonado el bosque muerto, y la verde hierba devolvió parte de su vitalidad incluso a Dagha, que aunque visiblemente afectada por su paso por la gruta del sarcófago, parecía haber recuperado el color y la viveza de sus ojos.

Pasearon un rato bajo el sol, cruzando los arroyos, que surcaban el verde cual sinuosos hilos de plata. El caballo que pastaba era un bayo de percha alta. Comía tranquilamente mientras dirigía su mirada hacia el grupo. La tranquilidad que demostraba el animal le pareció extraña a Dagha, que fue acercándose hasta que pudo acariciar al animal. Debido a la tranquilidad mostrada por el caballo, enseguida miraron sus patas, y dieron cuenta de que estas habían sido herradas no mucho tiempo atrás.

-Alguien ha pasado por aquí.- Concluyó Sellayne Flynn, que se acercó a acariciar la cabeza del bayo. Este, tenía cierto parecido a la raza de Zar, aunque de pelo mas tosco y duro. El caballo de la exploradora, parecía traído del Este, donde críaban a los corceles bajo el ardiente sol y las frías cuevas.


Agar, que hasta entonces había estado ausente en sus pensamientos, recuperó su vitalidad al nutrirse del gran astro, que iluminaba esta zona con especial persistencia. Se levantó del césped, donde había permanecido recostada por un rato, y se dirigió a sus compañeros:

-Creo que la pregunta es: ¿Para que? Aquí no hay nada, y hay que atravesar ese bosque, tan siniestro…- En ese momento, la clériga bajó la cabeza rememorando los momentos anteriores, pero pronto recuperó su habitual jovialidad cuando levantó la vista y sintió el calor de su Dios.- ¡En todo caso demos gracias! – Dijo la sacerdotisa intentando levantar los ánimos.- ¡Por este regalo del cielo! – Sus manos se dirigían al astro rey. El resto de los compañeros decidieron que ese podría ser un lugar decente para parar a comer, pero Dannor les hizo volver a la realidad.

-Ese… techo de roca.- Pronunció el mago agachado cerca de su mochila.- Me da escalofríos.- Ûzdun asintió, y Oêranor, tras echar una mirada a su compañero, lanzó un gruñido de aprobación. Eirnel, que por su parte había hecho buenas migas con Calev, lanzó una mirada a este último instándole a explorar el oscuro atrio de roca.

-Puede que sea buena idea, Eirnel.- Dijo Calev con voz profunda antes de que el capitán efectuara su pregunta. - No es buena idea permanecer aquí quietos, a la vista de lo que pueda haber ahí debajo, o ahí arriba.- Dijo esto ultimo señalando las cercanas cumbres del Sur, donde había muchas rocas tras las cuales podría esconderse cualquier hombre o criatura.

Sellayne terminó de ayudar a sus compañeros, que se dirigieron hacia la techumbre con sus caballos, que llevaban todo el peso del equipo en ese momento. Dagha, que se había agachado cerca de un arroyuelo, lanzó un grito para llamar la atención del grupo: -¡Mirad! ¡Oro!.- La exploradora sostenía en la mano una piedra de oro del tamaño de una nuez, mientras, el agua que caía de su mano brillaba alcanzada por los rayos de sol en su trayecto de vuelta a la tierra. Los compañeros se acercaron presurosos, exceptuando a Sellayne que permaneció quieta un momento mientras observaba a sus compañeros. Suspiró por lo bajo mientras se acercaba a formar parte de su grupo una vez más.- ¿Qué habéis encontrado?.- Dijo cordialmente la paladina.

Frago levantó una pepita al sol, y vieron que había muchas mas en aquella campiña. El pícaro habló con voz juguetona:
- Ya sabemos que hace aquí ese caballo.- Dijo el pícaro; Dannor replicó.
- Quizás, pero, ¿Dónde está? Nosotros no vimos el oro hasta que observamos con detenimiento el suelo, pero, desde luego no veníamos aquí en su busca. ¿Creeis, joven Frago, que alguien vendría hasta este lugar que habrán visto muy pocos ojos, a buscar oro? Creo que nuestro misterioso amigo, simplemente pasó, pues si viniera por segunda vez, no vendría absolutamente solo y sin equipo para cargar el oro.- Oëranor se adelantó e intervino en la conversación.
- Tenéis razón maese Mago. –Pronunció tras aclararse la garganta, carraspeando mientras atusaba su barba de color gris.- Hay que contemplar todas las posibilidades, aunque tampoco podamos asegurar vuestra versión. En todo caso, creo también que quien pasó por aquí y dejó el ruano, no vino en busca del metal. De todas maneras, debía tener las cosas claras en su cabeza, pues nadie atravesaría ese bosque de mil demonios si no fuera porque sabe lo que va a encontrar, ¡O porque le persiguen todos los demonios del Abismo! ¡Y no debemos desechar esa versión visto lo visto!.- Uzdun, que estaba agachado junto al riachuelo, giró la cabeza para observar al Enano, aunque no le prestó demasiada atención. Su concentración estaba puesta en el río, al que volvió la vista en cuanto Oëranor terminó su análisis. El agua helada resbalaba por sus dedos, que jugaban con la corriente que descendía desde el monte albino que tenían al norte.
La falda Sur era de roca oscura y puntiaguda, y de ella salía el espolón que techaba parte del valle. Eirnel, que no había olvidado su motivación inicial, se levantó y volvió la vista a la techumbre mientras colocaba su mano en la frente, a modo de visera.
-Debemos proseguir.- Dijo con voz queda.- Gustoso os acompañaré en el futuro, de vuelta a estas tierras, a buscarme una acomodada jubilación en las aguas de estos arroyos.- Su voz se volvió mas suave cuando pronunció:- Pero no debemos olvidar que nuestros hermanos sangran en Bântes.- Sellayne Flynn, que aun se mantenía ligeramente apartada del grupo, asintió con la cabeza. El resto de la compañía empezó a librarse del hechizo del dorado metal, y, recobrando su compostura, se acercaron a la paladina con renovada decisión.
-Si vamos a penetrar en esas galerías, no olvidéis tener a mano vuestras antorchas.- Dijo Sellayne sonriendo ligeramente.
Y así partieron los compañeros hacia la techumbre de piedra gris, y dejaron atrás los arroyos y la verde campiña. Los rayos del sol creaban claroscuros en el valle, y a medida que se adentraron se vieron obligados a encender las teas, ya que no había ninguna abertura en el techo que permitiera entrar a la luz.
No se habían habituado aun a la luz de las antorchas cuando una sombra pasó por su lado. Todos se sobresaltaron, pero el susto inicial se vio rápidamente mitigado en cuanto advirtieron el sonido de los cascos del caballo, que huía hacia al exterior, probablemente asustado por los nuevos e inesperados visitantes.
Poco a poco siguieron avanzando, y un tufo nauseabundo empezó a invadir sus sentidos. Era olor a orina y excrementos, pero no era ni un caballo ni un hombre el causante, ya que los compañeros estaban habituados a estas dos emanaciones.
Con pañuelos en nariz y boca, se acercaron tea en mano hacia el origen del olor, y vieron rastros de sangre y pisadas humanas en el suelo, así como huellas que no eran de hombre o de animal sino que parecían causadas por un gran insecto, que no sabían determinar pero que recordaba en sus formas a las patas de una avispa gigante.
Los compañeros, que no encontraban pruebas de la masacre que se había perpetrado allí (exceptuando la sangre), se detuvieron frente a una abertura estrecha en la pared de roca. Habían finalizado el camino y encontrado solo una entrada a la montaña. Las paredes del corredor parecían bañadas en la misma sangre que el suelo.
-Estos son malos augurios. Quizás no debamos preocuparnos mas por los jinetes, pues parece que algo les encontró antes que nosotros.- Dijo Eirnel. Agar le miró de reojo. Intentaba no rendirse a las evidencias, pero era claro que la vida de aquellos hombres, o mujeres, había sido segada por el morador de la caverna.
-No hay nada que salvar, vayámonos de aquí, volvamos al valle.-Dijo la clériga, que empezaba a sufrir la ausencia de la luz solar.
Era un hecho comprobado que la sacerdotisa no aguantaba muy bien en espacios cerrados. Uzdun y Oëranor, por su parte, no parecían tan incómodos en ese terreno, y distinguían matices, que el resto, que no conocía las profundidades de la montaña como ellos, ignoraba.
-Mmm.- Musitó el enano.- ¡Yo digo que tiremos el túnel abajo! Aunque hay corriente y no hay cueva de una sola salida, al menos nuestros animales estarán vivos si volvemos a por ellos algún día.- Tras breves conversaciones (ya que la puerta de la cueva seguía pareciendo un lugar muy poco seguro), acordaron que sería una buena idea. Dannor se ofreció voluntario.
-Si podéis echaros atrás, un segundo…- Habló el mago de níveos cabellos. Su voz denotaba siempre tranquilidad, como si fuera un susurro traído por la brisa del bosque. Los compañeros se apartaron y la estancia se iluminó cuando convocó en sus palmas dos bolas de fuego que flotaron rodeadas de espirales llameantes. Su pelo ondeó hacia el techo llevado por el calor de las esferas, y en lo que pareció un instante, el hechiceró unió las palmas con un golpe, que generó una bola aun mayor, unión de las dos anteriores. Esta tenía vetas negras y rojas, como si fuera una esfera de lava salida de las entrañas de la tierra.
Con un movimiento de su mano, la bola salió despedida hacia el tunel. Una gran explosión sacudió la montaña, que expulsó polvo y roca desintegrada hacia su lanzador y los compañeros.
Cuando pasó la polvareda, solo quedaba el hueco cerrado y cubierto de escombros.

[no escribir, sigo]


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Conversaciones de Viaje - Página 3 Empty El Bosque Vivo

Mensaje  Moonchild Vie Ene 09, 2009 8:15 pm

-¡Buen trabajo Cabello Nevado!.- Dijo el enano entre risotadas.- Si algún día carecéis de una forma de ganaros el pan, ¡De seguro seréis bien recibido en las minas de mi sobrino Gônheral! ¡Seríais nombrado Maestro Barrenero en un abrir y cerrar de ojos! ¡Jajajaja!- Los aventureros respondieron con una carcajada. Algunos habían olvidado cuantos días llevaban sin reír y recuperaron un poco el humor, mientras, sin necesidad de permanecer bajo la fría roca, abandonaban el foco de mal olor y volvían hacia las campiñas.
Allí les esperaban sus caballos, que se mostraban inquietos seguramente por el estallido que había ocasionado la magia de Dannor minutos antes. Frago se adelantó unos cientos de metros, hacia el final del estrecho valle, donde proseguiría su camino a través de las montañas.
Al llegar al linde, Frago avistó otro valle, pero esta vez circular y de enormes dimensiones, que estaba rodeado de montes cubiertos de denso bosque, aunque era la parte mas deprimida del lugar la que mas follaje parecía albergar. Para acceder a el debían descender por una pared de roca y rama que caía en vertical unos doscientos metros, dando al comienzo del monte donde había tierra y hojas, y el suelo era llano.
Ataron dos cuerdas en las rocas mas seguras que encontraron y se dispusieron a bajar. Calev encabezó el descenso por una de las sogas mientras Frago lo hacía en la que restaba. El descenso comenzó bien, pero cuando habían recorrido la mitad de la pared, Calev sufrió un traspiés y cayó de cabeza al vacío mientras agitaba las manos intentando asirse a algo.
Sellayne no dudo y llamó a Calev con una voz que hubiera hecho detenerse a un Dragón. –¡Agarrate ahora!- Gritó, y Calev, que parecía abocado a una caída trágica, asió con sus manos una roca y quedó allí en perfecto equilibrio, como si alguien le hubiera sujetado de los piés. De pronto, la gravedad pareció retornar a la cordura, y el guerrero cayó hacia atrás sobre sus rodillas, encima del recodo que le había salvado la vida. El guerrero se giró, y alzó el pulgar hacia Sellayne en señal de agradecimiento.
Mas lentamente, prosiguieron el descenso asegurando mas cada paso, y pronto se reencontraron en el suelo de oscura tierra fértil, donde crecían innumerables tréboles de gran tamaño.
Selene era la ultima en bajar, pero se sentía insegura por la caída de Calev. Su desconcentración la hizo resbalarse cuando una roca se movió bajo sus pies, y cayó a plomo desde una altura de 5 metros. Todos se arremolinaron en torno a ella, pero enseguida se levantó sola mientras sacudía polvo y tierra de sus vestiduras.- Estoy bien.- Dijo. Los demás la miraron con los ojos abiertos por la sorpresa, pero no dijeron nada. Esta chica escondía sorpresas que aun desconocían.
Cuando termino de limpiar sus ropas, olió el aire con gesto extrañado.

- Huele raro en este lugar.- Dijo Selene.Dagha asintió.

-Teneis razón, es como la fragancia de la naturaleza, pero mucho mas fuerte y embriagadora. Este bosque es algo extraño...- La vista de la exploradora barrió la porción de arboleda que tenían ante si.

El bosque que se extendía ante ellos, era aproximadamente de las mismas dimensiones que el anterior bosque muerto, solo que aquí todo parecía rebosar de vitalidad hasta niveles sorprendentes.

Libélulas del tamaño del brazo de un hombre surcaban un pequeño lago que tenían a la vista. Junto al lago había una pequeña cascada, que nacía de la parte superior de una roca de unos seis o siete metros, que era en si misma una fuente, y resbalaba por ella misma creando una cascada plateada que producía un suave murmullo adormecedor. Flores del tamaño de una rodela, crecían como girasoles gigantes cerca del lago, y estas eran ya evidencia de que algo había en ese lugar que alteraba la naturaleza haciéndola mas poderosa.
Por su parte, la exploradora se encontraba en un dilema emocional. Su vida se había forjado entre bosques. Si pudiera mentar un hogar, lo recordaría con techumbres de hojas y suelos de hierba. Mas allí, se sentía extraña, como llevada por un sentimiento de rechazo. Era el mismo bosque, que le señalaba claramente que no pertenecía a ese lugar.
Ansiosa, Dagha se preparó para liderar al grupo entre la bullente arboleda, y se volvió a sentir sola, y recordó que debía hablar con sus compañeros, y en especial con el guerrero de la temible espada, que le seguía tan de cerca en esos momentos, protegiendo sus espaldas.
Pronto encontraron un gran claro en el bosque, y en el centro de este, se erguía sobre un pedestal una estatua de la estatura de un hombre. Cuando se acercaron a ella, la vieron envuelta en madreselvas y musgos, que hacían imperceptibles sus rasgos y solo dejaban ver la piedra en pequeñas porciones de la estatua. Isaías se adelantó para examinarla.
-Quizá un poco de fuego revele el secreto que esconden musgo y hoja…- Su voz, cavernosa y profunda como de costumbre, parecía pronunciar siempre pasajes de antiguos códices, hasta para las cosas más triviales. Esto completaba su misterioso halo, dando la impresión de guardar siempre un secreto tras cada frase que pronunciaba.
Acto seguido, dirigió su mano a la roca oculta para invocar el poder del fuego demoníaco, pero ante la estupefacción y sorpresa de todos, una débil ráfaga de agua, como salida de una regadera de jardín, bañó el musgo y mas de uno tuvo que esconder su boca para no denotar sus risotadas.
El brujo volvió a intentarlo enfadado. Una vez mas, invocó el poder del fuego del averno, aumentando su concentración todo lo que le era posible.
Una enorme explosión sacudió la estatua, haciendo estallar en mil pedazos su brazo izquierdo y parte del pecho.- Nadie rió esta vez, y todos se sintieron aun mas amenazados, pues parecía que allí todo escapaba de su control, y en cualquier momento podía suceder algo mucho menos gracioso y de peores consecuencias.
Tras breves comentarios, prosiguieron su camino dejando atrás el claro, y encontraron denso bosque a su paso. Dagha se encargaba de abrir camino con sus hojas gemelas. Pasado un rato, se dio cuenta de que habían empezado a avanzar mas lentamente.
Era una sensación generalizada para todos, que en aquel lugar había un velo, algo enturbiaba sus mentes y abotargaba sus sentidos, y solo se percataron realmente, cuando dos horas después volvieron a escuchar el murmullo de la cascada y encontraron nuevamente el lago, donde resonaban quedos los zumbidos de los grandes insectos voladores.
Una sensación de impotencia se irguió entre el adormecimiento, y la exploradora cayó en la cuenta de que pequeñas esporas, salían del interior de las flores gigantes, y empezó a atar cabos.
-Creo que son las flores.- Dijo retrocediendo unos pasos. Isaías respondió con una llamarada, que envolvió su brazo y salió proyectada directamente hacia la flor, la cual ardió como una tea durante dos o tres minutos. Cuando la combustión pareció haber terminado la flor parecía no haberse consumido, pues conservaba la misma forma, solo había cambiado su color por un dorado caramelizado. Al poco el capullo cayó al suelo, y ante la sorpresa de todos, se hizo añicos contra la roca como si fuera un cristal frágil y delicado.
Calev, que se encontraba bastante interesado ante el hecho, se acercó hacia la flor, que despedía un aroma aun más fuerte. Pronto vio entre los cristales un fino polvo, y se dispuso a recoger un poco en un tubo de madera, que portaba desde que había iniciado su aprendizaje en los caminos ritualistas, un mes atrás.
Ante la mirada de todos, el inquebrantable guerrero cayó desmayado en los lindes del lago, y Sellayne acudió inmediatamente en su ayuda. De repente, la paladina paró en seco como si un rayo hubiera azotado su mente, y, dándose media vuelta para dirigirse a sus compañeros, pronunció tres simples palabras mientras sus ojos quedaban en blanco y caía grácilmente sobre la hierba.
-Algo… va… mal… - Enseguida, el enano y Ûzdun colocaron pañuelos sobre sus rostros. Sus compañeros les imitaron con presteza, y acudieron, ahora protegidos, en busca de sus compañeros caídos.
Los retiraron rápidamente junto a un árbol mas alejado del lago, donde la fragancia parecía remitir considerablemente. Allí, Agar aun embozada, desempolvó el libro de rituales y buscó la página que le permitiría invocar el Disco Flotante de Tenser. Aquel ritual, conjuraba un disco ancho y plano que permitía ser cargado, y que seguía a su invocador allá donde este fuera.
Cuando la invocación terminó un disco mucho mayor de lo esperado apareció ante ellos. Sus bordes no eran romos, como cuando habitualmente lo había conjurado, sino que de ellos salían flagelos dorados, que emulaban a los rayos del gran astro que brillaba sobre sus cabezas.
Con renovada sorpresa, la clériga se adelantó y tocó los extremos de los icónicos rayos, y demostró su tranquilidad cuando dijo: - ¡Podéis cargarles, es seguro!
Igualmente me gustaría probar algo.- Dijo. Y se dispuso a consagrar el suelo en el que estaban en pos de ayudar a sus compañeros.
De repente, las copas de los árboles que les rodeaban se combaron hacia atras para crear un claro y dar paso al Sol, que les iluminó con su reconfortante calor por unos momentos.- La magia es sorprendente en estos lugares. Mas esto no parece haber ayudado a nuestros compañeros.- Ciertamente, Calev y Sellayne proseguían inconscientes.- Sigamos.- Dijo finalmente la sacerdotisa.
Siguieron el camino por diferentes senderos, esta vez protegidos de las embriagantes fragancias de su entorno por los pañuelos que evitaban retirar de sus rostros. La sacerdotisa, por su parte, había descubierto que el disco se comportaba exactamente como ella quería, no limitándose únicamente a seguirla sino obedeciendo sus pensamientos y moviéndose en la dirección que tenía en mente.
Pronto, Dagha recuperó la seguridad en su orientación, y avistaron las montañas del norte, más cercanas. El bosque les había dado malas sorpresas, y decidieron apretar el paso hasta bien entrada la noche, aunque no pudieron más que acercarse un poco a su objetivo antes de tener que detenerse a descansar.
Las guardias se mantuvieron, aunque se efectuaron en parejas por precaución, y la noche terminó con presteza entre los ensordecedores sonidos de insectos que rodeaban su lugar de descanso. Ninguno de ellos tenía ninguna gana de conocer su aspecto.
Cuando todos estuvieron listos para proseguir su camino, Sellayne pareció recuperarse, aunque Calev aun estaba inconsciente y su pulso parecía haber disminuido del mismo modo que la intensidad del color de su tez, que se iba apagando poco a poco. La paladina, ya más recuperada, se acercó al guerrero caído y colocó su cabeza en el pecho de este, con el fin de oír sus latidos.
-Su corazón late lento.- Dijo Sellayne preocupada.- Debemos apresurar nuestro paso y sacarle de este bosque.
Cuando por fin consiguieron abandonar la depresión, todo lo que les rodeaba pareció ir retornando progresivamente a la normalidad. En ese momento, decidieron parar para ver cómo evolucionaba Calev. La paladina de Avandra volvió a escuchar el corazón del guerrero de aspecto desaliñado, y sus ojos se abrieron con sorpresa.
-¡Su corazón apenas late!- Dijo.- No sé como sigue aun con vida. ¡Debemos hacer algo!- Su voz denotaba urgencia, y todo el mundo se puso nervioso ante la observación de la mujer.
-¡Esperad!- Dijo Agar.- Quizás esta poción nos ayude a recuperarle. Creo que es una potente pócima. ¡Cómo no se me ocurrió antes! – La sacerdotisa tendió la botella a la paladina, que le dirigió una de sus habituales sonrisas. Abriéndola por la parte superior, aspiro su perfume y se sintió un poco mejor. Decidió que sería de ayuda y la vertió en la garganta del hombre, mientras abría su boca con la mano libre.
De repente algo empezó a sacudirse en su pierna izquierda, bajo el pantalón. Rápidamente rasgaron la tela para encontrar una avispa de colores llamativos y del tamaño de la mano de un hombre, que se había deslizado bajo la piel de la pierna del guerrero. Parecía revolverse frenéticamente bajo la dermis, debido seguramente al efecto de la pócima en su sangre, que el insecto debía de rechazar. Con un rápido tajo de daga, Frago seccionó la piel que cubría a la avispa mientras Isaías la agarraba y tiraba de ella. Ninguno de los presentes pudo disimular su impresión, cuando el brujo la retiró de su pierna. Un aguijón de 4 veces el tamaño del insecto, atravesaba el cuerpo de Calev posiblemente llegando hasta su cintura, o más allá.
El brujo, apretó el cuerpo de la avispa perforadora mientras invocaba el fuego demoníaco. La avispa cayó al suelo entre llamas, donde se retorció mientras se consumía hasta la muerte.


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Conversaciones de Viaje - Página 3 Empty PARTE 3

Mensaje  Moonchild Vie Ene 09, 2009 8:15 pm

De pronto el guerrero ensanchó el pecho en una profunda inspiración. Parecía como si hubiera salido de un profundo lago y muriera por una bocanada de aire. Selene corrió esta vez hacia el guerrero, y lo asió de la muñeca.
-¡Parece que se recupera!- Dijo con una gran sonrisa. El color volvió rápidamente a la tez del guerrero.
-¡Qué clase de bosque era ese! - Exclamó la conjuradora.- ¡Por el corazón negro de Graz’zt! ¡Corramos lejos de este lugar!- Ninguno tuvo intención de discutir las "observaciones" de Selene.
Continuaron su marcha y llegaron al anochecer a la loma del siguiente valle, que se extendía mucho menor. Desde alli, divisaron dos columnas de humo al otro extremo de la depresión que acababan de superar, a unos dos días de camino bosque a través. No todo el mundo pudo verlo en un principio, pero los ágiles ojos del pícaro los detectaron con presteza.
-Creo que hay un campamento allí.- Dijo Frago. Calev se mostró en desacuerdo.
-¿Porqué hay dos fuegos entonces? Deben tratarse de los dos viajeros, que pudieron no haber muerto en las cuevas.- Se hizo un momento de silencio, tras el cual, Oëranor tomo partido en la conversación.
-Os equivocáis, valeroso Calev...-Dijo el enano entre suspiros.- Son fuegos de fragua los que veis en la distancia. Su color es ocre como el hierro que llena el humo de las forjas.
-Buena anotación Oëranor, lo tendremos en cuenta para el futuro. – Dijo Sellayne.- Por ahora, deberíamos limitarnos a continuar con nuestro camino, no creo que estemos en posición de ponernos en peligro. Sobre todo después de lo ocurrido.- El grupo estuvo mayoritariamente de acuerdo con Sellayne, aunque Frago, ansioso, parecía tener la necesidad de descubrir porque había una forja perdida en mitad de un valle maldito.
A la mañana siguiente, prosiguieron su camino hacia el último obstáculo natural en ese tramo: Otra inmensa montaña que debían rodear, cuyas cumbres estaban cubiertas de nieves imperecederas, y hendían las nubes con sus picos haciéndolas sangrar en forma de niebla por las pedregosas laderas de la gran cima.
Su camino pasaba ahora por una pendiente que conducía a las montañas que debían atravesar, y que estaba desprovista de vegetación. Todo indicaba que en tiempos remotos, un glaciar había descendido por aquel valle.
Superaron aquella jornada con relativa facilidad, aunque Calev seguía adoleciéndose de su pierna izquierda. Sellayne y Agar ayudaron al guerrero, que se recuperó rápidamente con la ayuda de la magia de sus compañeras, y en los albores del amanecer del día siguiente, llegaron a la cima de las colinas que les separaban del castillo de Ikedriz.
Mas que un castillo, aquello se asemejaba mas a una fortaleza. Sus paredes se extendían cubriendo gran parte del valle rocoso que se abría a la campiña de Ikedriz y se levantaban mas de veinte metros en los tramos que ya habían sido construidos. El castillo que se alojaba en su interior estaba también a medio terminar, pero podía albergar a cientos de guerreros tal y como estaba en aquel momento.
Los sonidos del metal y la madera llegaron hasta ellos con el viento que remontaba las lomas, y fue evidente que el lugar bullía de actividad incluso antes de que el Sol se alzara en el horizonte.
-No podremos rodear esto.- Dijo Eirnel. Calev asintió con un gruñido mientras el viento azotaba sus cabellos.
-Es obvio que no, deberíamos cruzar las montañas hasta dejar atrás el castillo, pero eso nos llevaría una eternidad, y no es tiempo lo que nos sobra.
-Quizás no habéis pensado más allá de los medios convencionales, mi buen Calev…- Dijo Isaías.- Si me permitís, buscaré ayuda entre los amigos de los demonios más poderosos…-
El brujo se irguió mostrando su poderosa envergadura, sujetaba su libro con la mano izquierda, y espolvoreaba el caro polvo de Residuum sobre el suelo de las cumbres. El viento era fuerte y vapuleaba sus túnicas, que resonaban como oscuras banderas ante la acometida.
El ritual terminó y tantas sombras como compañeros eran, aparecieron entre las rocas tomando ante sus ojos la forma de oscuros machos cabríos de ojos hirvientes. Todos los animales poseían una piel de serpiente negra y brillante que cubría sus lomos a modo de silla de montar.
-Os lo dije, amigo mío... Debeis abrir vuestra mente.- Dijo Isaías triunfante. Calev casí pudo adivinar la sonrisa del brujo bajo la imponente máscara.
Pasado el inicial recelo, los aventureros montaron las abismales monturas, que empezaron a saltar entre las cumbres con perfección y maestría ancestrales. Algunos cerraban intermitentemente los ojos para evitar el vértigo. ¿Qué haremos la próxima vez? ¿Volar?Se preguntaba Eirnel, poco amigo de las grandes alturas.
En la distancia, vislumbraron una oscura columna de hombres que se dirigían a la monstruosa fortaleza, no eran menos de mil quinientos los que viajaban por el desolado valle portando estandartes de Ikedriz. El poder del país que atravesaban era evidente y les mantenía intranquilos.

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